Los trenes y el club de los estresados anónimos
Fue aproximadamente un año antes de que mi padre muriera, estaba nuevamente en las Urgencias del Hospital porque le costaba respirar y le dolía el pecho.
Cuando llegamos ya estaba mejor, al cabo de un rato vino un doctor, no más de 35 años, que ante mi pregunta preocupada sobre la situación de mi padre, me contestó una frase que no puedo olvidar.
Con los resultados de los análisis que tiene ahora tu padre, tú ya te habrías muerto, pero su cuerpo se ha adaptado y los puede tolerar
Es decir, desde dentro mi padre estaba operativo, pero para un observador externo, su cuerpo estaba envenenado.
Cuando estamos en un tren, y vamos a velocidad constante, no percibimos que nos movemos, pero cualquier observador que esté fuera lo ve, ve lo deprisa que vamos y probablemente hasta podría ver que nos vamos a estrellar.
Es lo mismo que pasa con la Tierra, que aún girando a 29,8 Km / s (que no parece impresionante, suena más fuerte si hablamos de 107.280 Km/h) no nos parece que se mueva.
Nosotros somos los pacientes, nosotros somos los que estamos en el tren, nosotros somos la Tierra. No percibimos lo que nos pasa porque estamos "dentro"
Nos creemos inmunes al stress pero estamos envenenados - sencillamente, lo toleramos.
Sería muy pedante proponer y encontrar el santo grial de la solución del stress en una lectura de 2 minutos, pero si que me permito hacer unas reflexiones sobre algunos aspectos sobre los que podríamos pensar para mejorar nuestra gestión de este veneno, y para eso he usado el símil del tren.
1. Bajarse del tren
La ira, la rabia, la envidia, .... y cualquier otro sentimiento son como la fiebre, dicen que algo no va bien, son síntomas, pero no son la enfermedad
Lo mismo ocurre con el stress, es un síntoma, y como tal debe ser tratado, pero no es la enfermedad. Por tanto, ya podemos meditar, tomar pastillas, dar largos paseos a la luz de la luna o oir ted Talks, que no nos curaremos.
Antes de correr a la "farmacia" de los "remedios para el stress" , hay que hacer algo antes.
Hay que bajarse del tren, es decir :
- Sentarse, hacerse una pregunta "¿Como estoy? ¿Como me siento?" , y dejar que los pensamientos fluyan - sin juzgar, sin dejar que se detengan ... - es decir sentarse a pensar (no sentarse para pensar, no buscamos ningún objetivo concreto - ahora no - ) - no es una chorrada mindfulness de verdad... -
- Visualizar, mirarse desde fuera (esto es tan facil de decir como difícil de hacer), "¿Como me veo?" , sin juzgar - conviene recordar que somos lo que sentimos -
- Aunque en el proceso no nos estamos juzgando conscientemente es evidente que si tenemos un mínimo de sentido critico (autoconocimiento) saldrá que alguna "pieza" debería estar ajustada.
- Y por si acaso no lo tenemos claro, podríamos pensar si alguna "pieza" de nuestro cuerpo está fallando por causa del stress.
"Admitimos que éramos impotentes ante el STRESS que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables. "
Y empezar a buscar (dentro) aquellos recursos que nos harán falta para encontrar el tablón de destinos y horarios
3. Decidir a qué tren subir
Una vez estás delante del tablón de horarios, toca decidir, y lo primero que debes hacer es gestionar la emoción, el stress
Dado que el stress es sintoma de "desadaptación" ,la gestión del mismo solo se puede basar en uno de los siguientes remedios
- O cambiamos del tren
- O descubrimos qué nos incomoda, y procuramos ajustar la posición para que moleste menos (no nos cambiamos los zapatos pero quitamos las chinas que había dentro
- O aceptamos que aunque no queramos, debemos soportarlo ( y ahí, en este concreto camino de solución es donde entran las técnicas - meditación, caminar, correr, ver la tele etc etc etc ... -
Decir que cada uno es libre de aplicar estos remedios sería tener una visión de Occidente rico, no es cierto, no todo el mundo es libre de hacerlo - la pirámide de Maslow, como el algodón, no engañan - . Pero si lo podemos hacer y no lo hacemos, es que además de libres somo imbéciles.
Así pues, si ponerse a dieta es la solución a la obesidad, decidir qué hacer con el tren es la solución al stress.
4. Subir al tren
Ya hemos decidido conscientemente qué hacer - y esta es la clave, hemos pasado de estar subidos en un tren a ser conscientes de que queremos decidir en qué tren estar y con que condiciones -, ahora toca subir.
Tal como dijo Heráclito, nunca nos podremos bañar dos veces en el mismo rio, el tren al que vamos a subir será parecido pero no el mismo..
Cuando hayamos subido a este tren, es el momento de que recordemos lo que hemos aprendido durante el ratito que hemos estado en la estación
- Que somos muy afortunados si nos hemos podido bajar para pensar
- Que somos muy afortunados si hemos sido libres para poder ajustar nuestro destino
- Que somos muy afortunados si hemos aprendido algo
Porque conviene recordar una frase genial de Mark Twain
Es posible que la historia no se repita, pero rima
Una reflexiones finales "desde la estación"
Solo un pensamiento final, que podría ser bueno cuando estemos en la estación
- La vida es estar subido en un tren, esto está claro, pero no siempre en el mismo. Durante los años cambiamos pensamientos, prioridades, amistades, objetivos, ... solo dejamos inmutables algunos (pocos) principios.
- Una vida con destino es la que está en cada tren el suficiente trecho como para que tenga sentido el viaje.
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