La suerte no está en las herraduras



Hay cientos de manera de atraer a la suerte y de repeler la mala suerte.

Si eres turco, usarías un Nazar (un "ojo turco"), si japones un maneki woko (un gatito, de los que se venden en los bazares chinos), si africano, una pequeña estatua de elefante, si alemán unas escamas de carpa, si peruano un Torito de Picana y un largo etcetera de otros amuletos  (bellotas, herraduras, patas de conejo, caballitos , treboles ...)

Todas ellos tienen una característica común, pretendern "atraer" o "concentrar" esta especie de eter mágico que denominamos suerte.

Este tipo de suerte, existe, es verdad, pero no es la más frecuente,  Naval Ravikant ,  (muy recomendable leer su "almanaque") identifica bastantes más tipos:

  • La suerte que uno encuentra - la suerte ciega - no has hecho nada para tenerla, es "el destino" 
  • La suerte del que no para de moverse - perservera - y busca oportunidades, pero sin un criterio organizado - es la suerte del que busca
  • La suerte del que se prepara y se centra en identificar oportunidades, hacerte "sensible" a la suerte - es la suerte del que detecta
  • La suerte del que se convierte en el mejor en su campo lo que hace que la suerte te encuentre, es decir del que se prepara a conciencia 
Naval lo explica muy bien en esta reflexión 

En 1000 universos paralelos hipotéticos querría ser rico en 999 de ellos. Si no quieres ser rico solamente en 50 de ellos en los que tendrás suerte debes excluir la suerte de la ecuación

En definitiva, tal como escribió Alex Rovira, para tener suerte, hay que crear las circunstancias. Y añado, viceversa, para evitar la "mala suerte" conviene tambien evitar crear las circunstancias que la favorecen.  

A las dos componentes más importantes de generación de buena suerte - atención y preparación - hay que añadirle otras consideraciones:

  • la buena suerte no suele durar demasiado - siempre dura poco para el que la tiene y usualmente mucho las los que ven la que la tiene - 
  • por ello, la procastinación es un disolvente muy eficaz para la buena suerte
  • y tampoco conviene dejar las cosas al azar... hay mucho determinismo en la buena suerte
Cuando los chinos invocan a los tres dioses de las estrellas  Shou , Fou y Lu , están invocando a la buena suerte.
 
Cuando piden esa buena suerte, ponen sus esperanzas en la cualidad de cada uno de ellos
  • A Shou : para la longevidad 
  • A Fu : para la felicidad familiar, las buenas relaciones y el amor mútuo 
  • A Lu  para el exito profesional  

Esa es la verdadera suerte, la felicidad familiar, una vida larga y rica en experiencias y de servicio a los demás y un trabajo que te haga sentir útil a los demás

Una última reflexión, a veces circunstancias negativas derivan en acciones positivas (por ejemplo decidir bajar el ritmo después de un susto de salud), lo que convierte un momento de mala suerte (esa desgracia) en una oportunidad - es que "todo es para bien" como dice San Pablo - y  explica el cuento de Anthony de Mello 

Érase una vez un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Los vecinos del anciano labrador se acercaron a su granja para condolerse con él, y lamentar su desgracia, y le decían: ¡Qué mala suerte que tu único caballo se ha escapado! A lo que el sabio anciano les replicó: ¿Mala suerte o buena suerte,  quién sabe?

Unos días más tarde, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes, tantos que casi no cabían en la granja. Entonces los vecinos acudieron a felicitar al labrador diciéndole: ¡Qué buena suerte que tu caballo regresó y además trajo consigo un montón más! A lo que este les respondió: ¿Buena suerte o mala suerte, quién sabe?

Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, este lo tiró al suelo y y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia, por lo que fueron de nuevo a decirle al anciano: ¡Qué mala suerte, que tu hijo se ha roto la pierna! A lo que el viejo labrador se limitó a decir: ¿Mala suerte o buena suerte, quién sabe?

Una semana más tarde, el país entró en guerra y fueron reclutados todos los jóvenes varones que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota obviamente lo dejaron tranquilo y se libró de ir a la guerra. ¿Fue eso buena suerte?, ¿O fue mala suerte?… ¿¡Quién sabe!?

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