¿Donde está el enemigo? El sindrome de Hubris y Sun Tzu
La diosa Hubris era la diosa que simbolizaba el orgullo y la arrogancia, y como se pasaba la mayor parte del tiempo entre los mortales les contagiaba sus atributos
En 2008, un miembro de la cámara de los lores, el Doctor Owen se dedicó a investigar los comportamientos "algo" paranoicos de algunos políticos, empresarios, parlamentarios y a estos comportamientos agrupados en catorce síntomas les llamo el síndrome de Hubris
El síndrome de Hubris es un trastorno que se manifiesta por dos excesos y una carencia, el exceso de ego, el exceso de autoconfianza y la carencia de interés en las opiniones de las opiniones de los demás, cuando no despreciándolas.
Es decir, el síndrome de Hubris es lo mismo que creerse el ombligo del mundo ... pero a todas horas, y que pasa por un cambio de personalidad (o bien, el afloramiento de la que había enterrada...)
Seguro que según vayamos leyendo veremos que nos resulta familiar, y que lo hemos visto, pero primero quiero hacer una consideración, así como no conviene confundir desanimado con deprimido, tampoco debemos confundir alguno de los sintomas de Hubris con estar atacado por este "trastorno".
Declarar y medir el Síndrome
Esto no parece de la noche a la mañana, porque como decían los antiguos griegos
Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco
Empieza por algo de miedo en el trabajo, luego pasa por la fase de confianza, de conocimiento profundo del tema y ,,, ahí empieza el problema, viene la arrogancia, la soberbia y finalmente la paranoia - también llamado ·"síndrome del salvador de la patria" o "sesgo del autoservicio"
Si bien tiene 14 síntomas, he seleccionado cuatro, sugiero puntuar de 1 a 5 cada uno de ellos y luego sumar el resultado, así, de forma similar de como se hace para medir un coma (la escala Glasglow) tendremos nuestra escalan Hubris para uno interno... o para medir a otros.
Ya anticipo que un Hubris por encima de 15 es tarjeta amarilla....
Aquí van mi sugerencia de los cuatro síntomas más relevantes:
- Un exceso de confianza en sí mismo
- Perdida de contacto con la realidad, si es consciente, puntúa cinco
- Convencimiento de la conveniencia absoluta de sus propuestas, sin preocuparse del coste (eso es problema de otros)
- Creencia de que no debe rendir cuentas a nadie
Obviamente, estos síntomas derivan en otras acciones, por ejemplo monólogos en público de tipo mesiánico (propio por ejemplo de dictadores de todos los colores), rodearse de equipos que no lo desafíen, un cierto desprecio prepotente por cualquiera que no esté absolutamente alineado con su planteamiento - y si procede enviándolo al "exilio"...
Es su estado más alto, el de la soberbia, es cuando entra en escena el sesgo del autoservicio que le permite "huir" del circulo vicioso atribuyendo los fracasos y los fallos al otro (léase "no era consciente", "no me lo habían explicado",...)
Y es que tal y como dijo Feymann
El primer principio es que no te debes engañar a ti mismo - y tú eres la persona que más fácilmente te engaña- una vez que no te engañes a ti mismo, será más fácil que no engañes a los demás
El Hubris se cura ...
Dos consideraciones previas
- Si bien el Hubris es tóxico y contagioso
- Es también un síndrome pasajero (esto está sacado de un manual de medicina) ya sea porque se ha actuado proactivamente para combatirlo... o porque ha desaparecido la causa que lo generba
El tratamiento se basa en tres pastillas
La pastilla del autoconocimiento
Y más allá de escribir más sobre el tema, lo resumiré en dos citas para destacar su importancia.
La primera es de Santa Teresa de Calcuta, y que nos destaca que no busquemos explicación fuera
Si cada uno barriera la puerta de su casa, el mundo estaría limpio
Y la segunda es de Sun Tzu, que nos dice cuales son las consecuencias prácticas de conocernos mejor
Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria obtenida también sufrirás una derrota. Si no sabes nada ni del enemigo ni de ti mismo, sucumbirás en todas las batallas
La pastilla de la humildad
Y aquí hago referencia a un excelente libro "El ego es el enemigo" de Ryan Holliday (magnífica lectura) y que propone que tomemos la pastilla en tres veces, siendo :
- humildes en las aspiraciones
- Amables en nuestros éxitos
- Resilientes en nuestros fallos
La pastilla de la empatía
Uno de los síntomas más preocupantes y manifiestos de Hubris es que los que lo padecen, en grado importante, se encantan escucharse, por ello, para empezar a mejorar es necesario:
- Hablar poco ( o lo justo) para así poder dedicar más tiempo a escuchar
- Dar la información que se entienda necesaria para que el otro pueda trabajar - no ser rácano en la información, la buena voluntad no suple a los mapas, los complementa)
- Escuchar de verdad, incluso lo que no quieres oir, no hay nada más frustrante que ver que tu interlocutor no tiene ningún interés real en lo que dices (recordemos que "mostrar" interés es una pose, lo que es relevante es "tener" interés)
Una ultimas reflexión ... leyendo a Xavier Marcet
Una nota previa, leer o escuchar a Marcet es un verdadero placer, puro sentido común sin ningún postureo.
Acabo con un par de reflexiones de un artículo suyo de lo más recomendable los directivos humildes vencen
- "La empresas necesitan líderes que las protejan de la aautocomplacencia y de la ignorancia"
- "Se requieren lideres que, con humildad, sepan modificar el rumbo, que no se aferren a sus pronósticos y que sepan leer antes que otros los cambios necesarios"
En definitiva, queremos lideres que sean capaces de aprender y humildes cuando toca desaprender, porque como decía Sun Tzu
El general que avanza sin codiciar la fama y se retira sin temer a la deshonra, cuyo único pensamiento es proteger a su país y hacer un buen servicio a su soberano, es la joya del reino”
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