De porque no hay que dar nada por supuesto ... y el arte de hacer ganchillo


Admiro profundamente a las personas que hacen ganchillo (y no uso la palabra "gente" por culpa de la más que genial explicación que Jerry Lewis da del termino en la película "El ceniciento" - "Cinderfella"  en versión original)

El ganchillo es un poco engañoso, todo va bien hasta que te equivocas en un punto, en cuyo caso, si no remontas "la incidencia" consigues un jersey con un agujero. Si confías, puedes conseguir una bufanda, pero no un jersey.

Y esto equivale a dar algo por supuesto. Tras largas deliberaciones conmigo mismo he decidido que para dar algo por supuesto, o, lo que es lo mismo, fiarnos de alguien, deben darse un conjunto de circunstancias:

  • Conocer a quien te lo está diciendo (la frase " mi hermano tiene esta impresora" no justifica su compra ¿o es que conocemos de algo a él o a su hermano?).
  • Mantener la cabeza fría y, al menos, tener dos contactos con la persona  (lo malo es que, normalmente no compramos un coche cada 15 días) 
  • Finalmente, si entendemos  que lo normal sería tener una relación "larga"  (porque no quieres, no puedes o no te interesa. Caso : el supermercado de al lado de casa o tu proveedor de referencia) probar aquello que te han vendido. Y, si es malo o no está a la altura de lo que esperas : cambiar de proveedor  (en román paladino ¿repetiremos de marca de coche si nos ha salido un buñuelo, aunque no sea culpa del vendedor)? 

Si es que, al final, debemos estar más que razonablemente seguros de lo que vamos a hacer. O lo que es lo mismo, debemos confiar en las buenas personas pero no necesariamente en la buena gente.

Mal que nos pese, como dijo Jean De La Bruyere 

Hay gentes que hablan un momento antes de haber pensado.

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