Zenón, las paradojas y la empresa



Una vez pasados ciertos acontecimientos, tratamos de encontrar una explicación - el mercado, la competencia, el tiempo, el gobierno ... -  y si no la encontramos, nos la inventamos

Y una de los mejores inventos es usar este argumento 

"Era esperable que pasara, todo el mundo sabía que la estrategia era errónea pero no tenían otra opción "

De hecho parece un argumento válido pero no lo es, especialmente si nos preguntamos que querían decir con "no tenían"·:

  • ¿había otra opción y no se pudo hacer?
  • ¿había otra opción y no se quiso hacer?
  • ¿había, de hecho, alguna otra opción?

Este tipo de expresiones, tan frecuentes en el lenguaje ordinario, político, económico y empresarial, se denominan falacias.

Se entiende por falacia aquel argumento que es invalido pero que tiene apariencia de válido o bien que, pretendiendo probar algo, de hecho no prueba nada. 

Un ejemplo muy sencillo

Si llueve la calle está mojadas, así pues, como la calle está mojada, es que llueve

o llevado a lenguaje empresarial

La competencia vende mucho, como el precio es la variable más importante para el cliente,  por tanto la competencia vende barato

y ¡ zasca ! ya nos hemos fundido todo el discurso de "calidad de servicio", "el cliente es lo primero." ... etc.

Ejemplos de paradojas hay en los refranes ("no hay mal que por bien no venga", "lo barato sale caro") en los grandes pensadores ("el corazón tiene razones que la razón ignora" Pascal) o en la literatura ("muero porque no muero"  Santa Teresa de Jesús), la de Zenón y la tortuga que nunca alcanzaría Aquiles y como no, mucho más obvias, en el lenguaje empresarial.

Tipos de paradojas hay muchas, Aristóteles identifica 13, si bien, investigando un poco, a mi me salen más de 30 diferentes, por aquello de no ser exhaustivo, he escogido siete - número mágico donde los haya, místicamente identificado como número que une cielo (3) y tierra (4) -

De cada una de ellas, daré una breve definición y un ejemplo de uso en el lenguaje empresarial, para finalizar con algunos sencillos antídotos contra dichas paradojas 

Estas siete paradojas para intentar explicar o probar, que ni explican ni prueban,  que conviene identificar

  • Ad Hominem: se defiende el argumento atacando a la persona no al tema
  • Ad Baculum: o aceptas el argumento, o atente a las consecuencias
  • Ad Veracundum : debes aceptar el argumento, porque lo dice alguien que sabe mucho
  • Ad Populum: el argumento es válido porque la mayoría lo acepta 
  • Ad Ignorantum: el argumento es válido porque no se puede demostrar lo contrario 
  • Ad Consequentiam : el argumento es válido porque si no hay consecuencias graves
  • Festinantis generalisation : a partir una parcialidad de datos, inferir el resultado global 
Pongamos un ejemplo que cada una de ellas 
  • "¡Como quieres que vendamos si este nunca ha estado en ventas!" (ad hominem)
  • "Hay que conseguir los objetivos porque nos hemos comprometido a ello" (ad baculum)
  • "Si lo dice x es que entonces es cierto" (ad verecundum)
  • "Esto no puede funcionar porque nadie lo tiene" o bien "Vamos a por ello, porque el mercado lo pide"  (ad populum) 
  • "Todo lo que me has enseñado son incidencias, por tanto el sistema funciona" (ad ignoratum... o también llamada, para este caso,  Computratum paradoxum)
  • "Venceremos en la batalla, porque de no ser así nos fusilarán a todos" (ad consequentiam) - sugiero cambiar "batalla" por "plan" como segunda acepción de la frase
  • "todo va mal" (Festinantis generalisation) - muy usada para iniciar un feroz ataque
Como he apuntado, hay muchas más, y tanto o más divertidas (y a todas luces imaginarias, porque seguro que no hemos escuchado - o dicho - ninguna de las anteriores)

Pero como sea que si nos "enfrentamos" a alguien con algunas de estas paradojas (jefes, compañeros o incluso la casta de "iluminados" que las usan para justificar porqué no han hecho el trabajo...) algo debemos hacer aparte de aceptarlas, sugiero algunas sencillas estrategias -  algunas de ellas como lecciones magistrales de mi particular sensei -  :

  • Tener claro que una tontería es una tontería lo diga quien los diga
  • Disco rallado: pregunta las veces que sen necesario aclaraciones, hasta agotar las fuerzas del "oponente", pero no su paciencia - según quien sea, claro ... - 
  • Espejear : "¿Y que podemos hacer al respecto?"
  • Pedir datos, con cabeza, ser empírico y racional. No todo se entiende usando datos, y con muchos datos aún se entiende menos. Pero desde luego, sin datos, la mayoría de los temas no se entienden. 
  • No descartar los argumentos emocionales ("porque no lo sabe hacer", "porque no lo quiere hacer" o "porque lo dice el jefe") pero insistir en pedir más y mejores argumentaciones. Aún a riesgo de ser "incómodo" o "paliza", el riesgo a equivocarse baja muchísimo.
  • Y, finalmente, aceptar que el que te presenta el argumento puede que no tenga toda la información que precisa, asegúrarse que, si le falta y quiere,  pueda disponer de ella ,

Estamos enfrentados a un mundo cada vez más lleno de paradojas (progreso versus ecología, automatización vs personalización, virtualización vs proximidad) y con ello debemos convivir. Y si esta claro que, en cualquier caso, no vamos a poder entender todo lo que pasa a nuestro alrededor (la famosa paradoja "yo solo sé que no se nada") también lo está que sobre aquello que seamos directamente responsables, debemos pedirnos y nos deben pedir cuentas, y eso pasa por preocuparnos de evitar aceptar como buenas explicaciones paradójicas aplicando sentido crítico.

Y así, como debemos procurar no formular más paradojas que las estrictamente necesarias, tampoco conviene discutir siempre, porque como, dice el refrán

Nunca discutas con alguien a quien puedas convencer. Jamás te lo perdonará

Una reflexión final : Aquiles cazó a la tortuga

 

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