De mirar al horizonte y el Papa Francisco

Según avanzamos el camino de la vida, vamos descubriendo, que no hay uno, si no varios caminos, y que no todos llevan a Roma.

De hecho, en este avanzar descubrimos  que lo importante que lo realmente importante, lo que nos hace diferentes y especiales es como vivimos nuestro camino, y que estamos convencidos que seguimos UN buen camino, NUESTRO buen camino.

Esta senda es buena para nosotros y para los nuestros, y a pesar de , en su casi total insignificancia, sabemos que dejará huella, una huella  compuesta de pequeñas buenas acciones.

Porque conviene recordar que no siempre se trata de hacer grandes acciones, tal vez nuestra aportación esté en contribuir a sembrar pequeñas acciones.

Que aún siendo fundamental concentrarse en las pequeñas acciones, en las buenas pequeñas acciones, conviene pero no olvidar nunca tener la vista fija en el horizonte.

El Papa Francisco, en la entrevista que concedió al jesuita Antonio Spadaro lo explica muchísimo mejor, con estas palabras:


Me ha impresionado siempre una máxima con que suele describirse la visión de Ignacio (de Loyola) : non coerceri maximo, se contineri minimo divinum est : no tener límite para lo grande pero concentrarse en lo pequeño
 Es posible tener proyectos grandes y llevarlos a cabo sobre cosas mínimas (...) Son muchos (...) los que creen que los cambios y las reformas pueden llegar en tiempo breve. Yo soy de la opción de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz. (...) hay que esperar, valorar internamente, tomarse el tiempo necesario.
Eso sí, sin dejar de actuar. Las grandes acciones requieren tiempo, las pequeñas acciones requieren voluntad, disciplina e ideas claras.

Salgamos fuera pues, sabiendo  hacia donde queremos mirar, que debemos mirar más allá del horizonte, y, entonces, todo lo que hagamos nos acercará a la meta. Y digámoslo, expliquemos qué y porqué lo hacemos así.

Un pequeño cuento oriental explica como un anciano decidió rellenar un valle para facilitar la tarea de buscar agua para su descendencia, una persona que pasaba le dijo que le parecía absurdo que lo hiciera. Él anciano respondió que, el no lo acabaría pero sabía que en algún momento del futuro alguien lo haría ..... toda su familia se puso a ayudarlo .... esa noche, bajaron dos ángeles y rellenaron el valle . 


PD : una apreciación personal, el hombre Francisco va a hacer historia.... si no, al tiempo. 

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