De la estrategia prusiana y la guerra en dos frentes

Que el genio alemán viene de Prusia, algunos lo sabemos. Pero que detrás de Bismark se escondía posiblemente el mejor estratega de los últimos 2000 años, supongo que muchos menos, incluido yo.

Y  así que, como quien no quiere la cosa, descubró a Helmuth Von Moltke., en un artículo titulado "El hombre del silencio" de Caleb Carr.

Según profundizo descubro ideas verdaderamente interesantes, y de muy útil aplicación en nuestros trabajos, unas soluciones prácticas y a la vez visionarias o, cuanto menos, una alternativa a tener en cuenta en el desarrollo de una estrategia.

Aquí van algunas de las reflexiones:

• Una buena estrategia es la que se convierte, de forma rápida, en acción : "La estrategia es un sistema de expedientes adhoc, es más que conocimiento, es la aplicación del conocimiento a la vida práctica, el desarrollo de una idea original según unas circunstancias que cambian de forma constante. ES EL ARTE DE LA ACCIÓN BAJO LA PRESIÓN DE LAS CONDICIONES MAS DIFÍCILES"
• Nada se puede hacer sin objetivos claros y un alto nivel de delegación :   "Marchar separados, combatir juntos"  (Corolario : que nadie haga la guerra por su cuenta)
• Rodeate de un buen equipo : "Ningún plan de operaciones puede mirar con certeza más allá del primer encuentro con el enemigo ....Resulta evidente que el conocimiento teórico no será suficiente ....en este punto las cualidades de la mente y caracter alcanzan una expresión libre, aunque  formada por el entrenamiento militar y guiada por la experiencia derivadas de la historia militar o de la propia vida"
• No siempre lo más directo es la mejor.  "Flanqueo y envolvimiento" básate en el movimiento y la concentración,  y apoyate en la tecnología (en su caso trenes y telégrafos)
• Dirigir es conocer y mantener un  "ligero control"

Moltke era un tipo callado, valiente y desde luego con un sentido común que no le cabía en el cuerpo. Y clarividente, un año antes de morir (en 1890) dijo lo siguiente a los diputados del Reichstag

"Caballeros, puede que ser una guerra de siete años, puede ser una guerra de 30 años... y ¡ay de aquel que prenda fuego a Europa, aquel que primero acerque la llama al polvorín"

desde luego, la historia le dio la razón.