ENQUIRIDION - Un manual de sentido común

T oca un poco de melancolía de día de fin de año. Es cierto que mañana será otro día, pero ¡ es que empieza el año! y como las estaciones, las semanas, o los días - con sus noches incluidas -, algo cambia. Algo cambia cada mañana cuando nos despertamos, y nos disponemos a vivir el futuro del ayer. Ya estamos en él, y tenemos la obligación de hacer algo bueno, arreglar algo, alegrar a alguien, perdonar a alguien ... en fín, para sembrar. Sembrar como si fuéramos a vivir para siempre, como aquel árbol que mi  abuelo plantó en el jardín ya mayor, con la esperanza de que crecieran los suficiente para que su sombra cubriera a sus nietos. Y recoger como si fuéramos a morirnos mañana, recoger aquellos pequeños momentos felices - palabras, gestos, miradas, atenciones ... - , que solo sabemos torpemente reconocer cuando las cosas no van como nos gustarían.  Porque cada mañana se abre el telón de la vida, y por muy negro que parezca el futuro, es donde nos va a tocar vivir. En este f

No me resisto a incorporar un pensamiento para enviar a las personas que quiero (que son muchas) para Navidad, este año he escogido un pensamiento de  Margaret L. Runbeck Un pensamiento para estas fiestas : La felicidad no es un destino, sino una forma de viajar Carga pues esta Navidad tu mochila y la de los tuyos  con metas, esperanzas, deseos y mucho amor, y así, el viaje de año que empieza seguro que estará lleno de momentos felices. Para acompañarlo, he seleccionado una canción con una cierta edad, donde un padre y un hijo explican su propio camino para ser felices. Es de Yusuf Islam (Cat Stevens) y se llama "Father and Son", la musica es precio sa, la letra lo es aún más. 

En este mundo absolutamente frenético, donde los tiempos se reducen a instantes y los objetivos a metas volantes, existe una tendencia - casi tendenciosa - de juzgar a las personas en un plazo extremadamente corto de tiempo. No es todo culpa nuestra, el entorno ayuda; ayer un magnífico infante consorte hoy un ladronzuelo, ayer el mejor líder del mundo, hoy un apestado ... tal parece que este mundo nos hace pre-juzgar, juzgar y re-juzgar de forma casi instantánea (¡gracias twitter!!!!). Mi amigo Ramón, que es muy, pero que muy culto, me lo ha hecho ver usando una cita del Evangelio de San Juan: No juzguéis según la apariencia. Juzgad con juicio justo. El juicio justo debe ser, de por sí, reposado y equilibrado. El juicio justo exige tiempo, paciencia, dedicación y orden mental. Esa es la visión de mi amigo Ramón. Hay más, también en La Biblia se pueden leer más pistas, más senderos de vida, como por ejemplo : No juzguéis, y no seréis juzgados ; no condenéis, y no seréis conde

Sufro un percance doméstico,  y me vuelven a la mente las palabras proféticas: Nunca hay tiempo para hacer las cosas bien, siempre lo hay para repetirlas. Y añadiría, porque la experiencia me ha llevado a esta conclusión, para  repetirlas y usualmente hacer una chapuza. Olvidamos a menudo lo que dice el Eclesiastes (tambien llamado Quohelet) Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol (...) (...) un tiempo para buscar y un tiempo para perder un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; Así pues, hecha la chapuza, sabida la teoría procede decidir que hay que "enmendalla y no sostenella". O lo que es lo mismo, toca una ración de auto-enfado, dos cucharaditas de aceptación de que lo malo es equivocarse, pero lo peor es que a sabiendas del error no pretendas corregirlo en el futuro, y una nube de recordar un par de buenos consejos: No esperemos a que los errores (incluso involuntarios) puedan pasar, conviene actuar, recordemos que "por la cal

Hay autores que marcan , y amigos que recomiendan a autores que me han marcado (gracia Ramón). Uno de mis favoritos es Enrique Miret  , teólogo progresista y cultísimo escritor. Lo descubrí en " El nuevo rostro de Dios "  donde de modo claro, sencillo y didáctico plantea una teológia menos dogmática y más cercana, donde el contacto con lo divino sea hecho más desde la persona que desde el rito.  Uno de sus últimos libros, una joya, es "¿que nos falta para ser felices?" donde desbroza la  tremenda soledad de las personas a pesar de estar rodeados de cosas. De entre sus hojas copié un manifiesto que estaba colgado en una iglesia católica de Baltimore en 1693, lo reproduzco aquí, conviene leerlo y pensarlo, de verdad. Sigue tu camino entre el ruido y las prisas pero no olvides que el silencio es la paz Mientras puedas, y sin bajar la cabeza se amigo de todos Di tu verdad despacio para que todos la entiendan Escucha a los demás  aunque te parezc

Si hay algo de lo que estoy convencido es de la causalidad , lo que es lo mismo ,que nada pasa porque sí ... (simplificado en la frase "cuando el alumno está listo, el maestro aparece")  Estaba navegando, en el sentido más googleliano del término y caigo en el perfil de un antiguo compañero de Universidad, profesor de Penn State University,  la curiosidad me puede e investigo los artículos que ha publicado , y ¡ops!, en su tarea como profesor cita, dentro de su ideario formativo, un poema que ¡ops! formo parte de mi bagaje adolescente y que ¡ops! reconozco que no le hice en su momento ni caso . Pero con canas, y años en el barco de la vida, viendo pasar tormentas y bonanzas, adquiere todo el sentido. El poema es de Constatinos Kavafis , y se pueden sacar, entre otras, tres buenas reflexiones :  Procura que tu viaje sea largo y no te escondas de los cambios Navega alegre Conserva tus objetivos (tus Itacas) en mente y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla, rico